¡Nuestro querido socio Adriano se ha convertido en el caso de éxito de este mes de mayo en Synergym Córdoba! ¡Le entrevistamos!
¿Cuándo empezaste a entrenar en Synergym Córdoba?
Me apunté a Synergym en el mes de septiembre de 2018.
¿En qué situación te encontrabas cuando te apuntaste al gimnasio?
Me encontraba en una situación bastante mala. Tenía un sobrepeso de unos 30 kg y una forma física horrible. Llevaba una vida sedentaria casi al 100% así como una alimentación lamentable, especialmente en las cenas. Hablamos de pizza, kebab, hamburguesas, perritos y repetir… Comida basura en su totalidad. Incluso he llegado a tener colesterol alto. Así que tal y como terminó el verano (agosto, más bien), me decidí a darle una vuelta a mi vida en ese sentido.
¿Cuál era tu objetivo cuando comenzaste a entrenar?
Mi objetivo principal era perder peso, pensando más en mi salud que en cualquier otra cosa. Luego claro, he ido actualizando los objetivos que he querido. ¿Por qué pararse en uno solo?
¿Qué entrenamiento has llevado a cabo durante todo este tiempo?
Bueno, comencé haciendo mucho cardio y un circuito de pesas. Luego contacté con una de las monitoras para hacer una tabla más a mi medida y he ido haciendo cada vez más trabajo de pesas, dejando más de lado el trabajo de cardio, aunque sigo haciéndolo por diversión.
¿Cuales son las actividades que más te gustan?
Las clases que más me gustan son Body Pump y Synercycling. Son bastante entretenidas de hacer y de paso se entrena mucho.
Tras todo este tiempo, ¿has conseguido alcanzar tus objetivos propuestos?
Sí, he conseguido los objetivos que me he ido marcando. Diría que a muy buen ritmo. Cuando entré en el mes de septiembre pensaba en perder alguna talla para Navidades, y me encontré con 22 kg menos. De una talla 46 a una talla 38, algo que me resultó satisfactorio y sorprendente a la vez. Aun así siempre hay algún objetivo que cumplir, siempre se puede mejorar en mil y un aspectos en general. Y si alguien puede hacerlo, yo también.
¿Qué es lo que más te gusta de Synergym?
Sin duda alguna los monitores. Ejercicio se puede hacer casi en cualquier sitio. Pero ir a un gimnasio donde, aparte de conocimiento, todos los que trabajan son simpáticos y ayudan no tiene precio. Y lo que me resulta más encomiable, ¡se saben el nombre de todos! Así da gusto ir a entrenar, cuando tienes a tantos profesionales pendientes.
