
Tú eres un caso de éxito, si tú. Aunque no tengas abdominales de acero, aunque no seas capaz de correr más de 20 minutos seguidos o aunque no sepas lo que es un «lunge». Si, claramente eres un caso de éxito.
Tú, que te despiertas a la 5 de la mañana para preparar las cosas del trabajo y sales corriendo hasta el gimnasio para empezar a entrenar a las 6 de la mañana, sabiendo que tienes el tiempo justo para hacer tu rutina, ducharte y volver a salir corriendo para no llegar tarde. Pero tu entrenamiento es sagrado y, cuando por las circunstancias (que no por gusto), faltas a una de esas citas matutinas, tu cuerpo lo nota y echas de menos esas endorfinas, esa sensación de haber aprovechado la mañana. Tú eres un caso de éxito.
Tú, que eres madre soltera, y tienes que buscarte la vida para poder dejar a tus hijos con alguien que los cuide mientras tú te dedicas esa hora u hora y media a ti misma. Sabes que es la única hora del día que vas a tener para hacer algo exclusivamente por y para ti, y te la mereces, te mereces ese entrenamiento, esa clase colectiva que además te saca una sonrisa y que va a hacer que por un momento te olvides de lo duro que puede ser tu día a día. Tú eres un caso de éxito.
Tú, que tienes fibromialgia/problemas de espalda/lesiones crónicas o cualquier otra lesión o enfermedad, y a pesar de todo te sobrepones al dolor, encuentras coraje, te levantas y vas al gimnasio, porque sabes que va a mejorar tu situación, aunque en el momento cueste, aunque en el momento duela, tú le echas ganas, te armas de valor y sigues, día tras día, siendo constante y aferrándote a tu entrenamiento como una parte más de tu terapia. Quieres calidad de vida y vas a luchar por ella. Tú eres un caso de éxito.
Tú, que entras al gimnasio con vergüenza, que no entiendes nada sobre fitness o actividad física, que te da corte entrar en una clase porque piensas que vas a hacer el ridículo. Y al final entras, te pones en la última fila y suplicas en tu interior para que nadie se fije en ti, quieres pasar desapercibido. Y conforme va pasando la clase te das cuenta de que te gusta, y al día siguiente repites, y al otro, y al otro. Y vas perdiendo la timidez, y te pones un pelín más adelante, y le preguntas al finalizar la clase tus dudas al monitor. Tú eres un caso de éxito.
Esto va dedicado a todos vosotros, a todos esos héroes anónimos del día a día, a todos esos que su progreso no se refleja en una báscula, o en una clasificación, pero que día a día hacéis esfuerzos por cumplir vuestro objetivo, aunque este solo sea conseguir fuerzas, tiempo o ganas para ir al gimnasio y sobreponeros a la situación y luchar por vosotros mismos. Os merecéis este reconocimiento.
Tú, si tú, que estas leyendo esto: ¡GRACIAS! Por querer ser mejor cada día, por tu esfuerzo y dedicación, hoy esto, va por ti. Fit Together!